viernes, 16 de agosto de 2013

Tiempo ha de la dicha perdida
del crepúsculo de la vida
y el fulgor de mis ojos.

Tiempo ha de la dicha perdida,
navegando a la deriva
en un mar de incertidumbres.

Tiempo ha de la dicha perdida
del dulce canto del alba
amarrada
y la noche estrellada de mirada enamorada.

Tiempo ha de la dicha perdida.
La herrumbre del pasado aún llena mis bolsillos,
más la redención aún me pertenece,
anhelante, agazapada, cálido suspiro,
tras la cara oculta de la luna errante.

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